sábado, 22 de mayo de 2010

Regalos

Genial El Gran Wyoming en su columna de hoy, hablando de la percepción que Rita Barberá tiene de los regalos que reciben los políticos:
"Alarma que personas tan mayores y tan expuestas al mal no sepan diferenciar el caramelo que el señor de la gabardina ofrece a la niña en el parque del durito que le da la abuela el día de su cumpleaños “para que se convide con las amiguitas”.


Ingresos y gastos

En El País, vía Escolar, interesante artículo sobre gastos e ingresos públicos, impuestos y redistribución de renta. Lo guardo, para posibles futuras referencias.

jueves, 20 de mayo de 2010

Calendario electoral

En 2010, rebaja de sueldos. En 2011, congelación. ¿Y en 2012? Pues "recuperación de poder adquisitivo". Es que hay elecciones en marzo...

martes, 18 de mayo de 2010

Privilegiados funcionarios

Mi hermano Manuel me envía este texto firmado por Gustavo Vidal Manzanares. Ni en su blog ni en sus columnas de El Plural (aquí, la última, publicada ayer) he encontrado el texto en cuestión, de modo que no puedo dejar enlace al mismo. Por su interés, y comoquiera que refleja también la que podríamos llama "parte sentimental" del asunto, aquí va:
Funcionarios públicos y sueldos congelados

En 1956, Dolores Medio escribió “Funcionario público”, novela desgarrada donde se narran las penurias de Pablo Marín, funcionario atado a un sueldo mísero que malvivía en un cuartucho junto a su mujer.
Tras las décadas siguientes de desarrollo, la figura del empleado público casi indigente, trasunto del cesante de novelón galdosiano, fue poco a poco hundiéndose en el olvido.
Pero en los últimos días, la cloaca política y mediática neoliberal ha babeado de placer
ante los ecos de una posible congelación salarial a los funcionarios. Sin embargo, nada
sería más injusto que pasar la factura de la crisis a este colectivo.
Así, en los momentos de hervor económico y ladrillazo, un encofrador podía duplicar el sueldo de un Técnico Superior de la Administración, y para conseguir que un albañil
viniera a casa había, poco menos, que apuntarse en una lista de espera y cruzar los
dedos.
Mientras los funcionarios perdían poder adquisitivo y realizaban malabarismos contables con el sueldo, miles de paletos de eructo, puti club y caspa montaban una constructora y juntaban billetes de quinientos euros como cromos. Legiones de jóvenes abandonaban los estudios y dejaban sus libros escolares criando polvo mientras se pavoneaban en coches refulgentes… ¿los funcionarios? Unos “pringaos, hombre, unos “pringaos”… ¿para qué estudiar?, ¿para qué invertir?, ¿para qué innovar?...

“España va bien”.

Y mientras tantos celebraban sus ganancias entre cubatas, risas, rayas de coca y “España va bien”, miles de hombres y mujeres habían inmolado sus mejores años junto a una taza de café cargado, un flexo y un temario de oposiciones. Con los codos clavados en una mesa, viendo la vida desfilar a través del claroscuro de un ventanal, a la espera del momento crucial y temible de los exámenes.

Pues bien, ahora resulta que, según los neoliberales, los efectos de aquellos excesos han de pagarlos los “privilegiados funcionarios”, precisamente el colectivo que apenas se benefició del auge económico y que, por supuesto, no provocó la crisis.

Según ese planteamiento no pidamos cuenta a las entidades bancarias que prestaron
dinero sin las debidas garantías. No pensemos que las ganancias obscenas de la especulación acabaron en paraísos fiscales. No indaguemos en ayuntamientos y comunidades que dilapidaron millones encargando obras absurdas que enriquecieron a empresarios. No, no… todo esto que lo paguen los funcionarios.

Sí, los funcionarios, aquellos “pringaos” durante los años del falso esplendor económico.

Sí, el juez que sacrificó como poco cinco años en una oposición terrorífica (aparte de los cinco de carrera) para ganar menos que muchos fontaneros. Sí, los miles de opositores que hubieron de recurrir al Lexatín, el policía que se juega la vida por mil quinientos euros mensuales, el auxiliar que no gana más de novecientos… ¡resulta que estos han de pagar la crisis y son unos “privilegiados”!

Gustavo Vidal Manzanares es jurista y escritor

viernes, 14 de mayo de 2010

Los ricos son los funcionarios

A través del blog de Roger Senserrich, que lo enlaza con esta frase
"los trabajadores públicos españoles están muy bien pagados a nivel comparado"
llego a este largo post de Kantor, también en Lorem Ipsum. Economía descarnada, neoliberalismo en estado (casi) puro. Hay que leerlo con tiempo por delante y con mucha tranquilidad, reprimiendo la indignación. Porque cosas como éstas
"Tenemos demasiados funcionarios, y ganan demasiado dinero. Mientras los trabajadores del sector privado han perdido cerca de un 10% de su poder adquisitivo en el último ciclo alcista (en parte por el efecto composición debido a la entrada de nuevos trabajadores, y en parte porque esos trabajadores han tirado a la baja de los salarios), los funcionarios públicos han ganado un 16% en sus salarios reales.

Por eso, en esta etapa de ajuste los primeros que deben pagar son los trabajadores del sector público, quienes no solo disfrutan de una total estabilidad en su empleo, sino además han disfrutado de una evolución salarial mejor que el resto del país."

"Por tanto, o bien damos un “gran salto hacia adelante” en productividad, cosa que no va a ocurrir, o tendremos que abaratar nuestros costes por el sencillo medio de ajustar oferta y demanda mediante flexibilidad en precios. Dado que la oferta laboral supera la demanda en cuatro millones y medio de personas, el lector se hace una idea de que los salarios reales tendrán que reducirse mucho para volver a un nivel de desempleo sostenible. Oferta y demanda, decía el loro economista.

Es decir, no se trata de “reforma laboral” o “reducción de salarios”; se trata de “reforma laboral para que se reduzcan los salarios”. Si no es eso, no funcionará."

"El trabajo no consiste en hacer cosas hermosas o espiritualmente satisfactorias, sino en cubrir las necesidades de otras personas, y en particular de esas que pueden pagar por ello. Es justo que un fontanero gane más que un licenciado en filología hispánica, ya que haber leído a Quevedo no mejora el bienestar de otras personas, y arreglar las cañerías sí. Vivir es vender."

"Al día siguiente de que el Estado ofrezca ayudas a la vivienda o al alquiler, subirá el precio de la vivienda, al día siguiente de que el Estado obligue al empresario a pagar un impuesto adicional sobre el trabajo, este rebajará el salario por el importe del impuesto, al día siguiente de que el precio de la indemnización por despido se incrementa, los empresarios reducen sus contrataciones…"

"El punto fundamental, en resumen, no es que seamos más pobres. Es que nunca fuimos tan ricos. Y como nos creímos más ricos de lo que éramos, todos, empezando por el Estado, y siguiendo por los hogares y las empresas (con la ayuda de las instituciones financieras), ajustamos nuestros gastos a unos ingresos irreales. Y ahora toca ajustarlos (a la baja) a nuestra verdadera riqueza (riqueza=capacidad de generar renta)"

"Por tanto, yo apoyo un incremento del IVA de un 2%, condicionadamente a una reducción lineal de los salarios públicos del 10% (y de las pensiones del 5%), y un compromiso de congelación de la oferta de empleo público en todos los sectores salvo Seguridad y Justicia (estos dos servicios públicos sufrirán una sobrecarga asociada a la crisis)"

"el intervencionismo laboral es un error. Un marco de libre contratación es netamente superior a cualquier alternativa, y precisamente buena parte de mi apoyo al Estado del Bienestar (sanidad y educación privadas y subvencionadas, y programas asistenciales) está relacionada con mi ultra-liberalismo laboral. Meteos en nuestros bolsillos, pero dejad en paz nuestras empresas."

llevan por lo menos al desasosiego. Porque son barbaridades pero, por lo que se ve, la cosa funciona así. Y no es mala idea conocer al enemigo. Sobre todo cuando un gobierno que se dice de izquierdas aplica las medidas que el enemigo propugna.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Un 5 % menos

Los funcionarios, esos crueles y voraces depredadores económicos que nos han llevado a la ruina, van a pagar los gastos de la crisis. Y no hay más que hablar, que los ejemplares socios de las SICAV, los cumplidores contribuyentes que declaran más de 100.000 euros al año y los ahorradores que, tacita a tacita, viven de sus sacrosantas rentas ya pagan bastante, los pobres.

El 5 por ciento, de media, menos. De media: a ver qué escala establecen.

Es decir, mi hermana, funcionaria, 1.400 euros mensuales, va a ingresar cada mes unos 70 euros menos. Eso quiere decir que, entre otros recortes, tendrá que dejar de tomarse la cañita de mediodía en el bar de enfrente de la oficina, ese al que van todos los funcionarios, ese que, caramba, va a quedarse sin clientes, tendrá que cerrar, el dueño no podrá pagar la hipoteca... Ya está, ya veo la jugada maestra del gobierno de izquierdas este que tenemos: al final son los bancos los que pierden. Claro, hombre.