sábado, 3 de marzo de 2012

Todo es Telecinco

Hace ya más de una semana que Público dejó de aparecer en los kioskos, y aún no he volcado mi personal lamento en este espacio, teóricamente abierto al público, pero que nadie lee. Bueno, ya me quejé en Twitter.

ABC, La Razón, El Mundo, no digamos ya La Gaceta Intereconómica y los infinitos y clónicos canales de la TDT Party, campan ya por sus respetos en un mundo de papel impreso monocolor, en el que han redescubierto la vieja receta del Hundimiento del Maine, y nos colocan, día sí y día también, la vieja propaganda que pretende hacer pasar como el colmo de la modernez el regreso al viejo mundo, al viejo orden natural de las cosas en el que siempre hubo ricos y pobres.

RTVE anuncia dramáticos recortes en canales, series y programas informativos, empujada hacia el abismo de la pérdida de audiencia por la vía de la asfixia económica. En particular, me alarma lo que pueda ocurrir con el canal 24 horas, mi refugio televisivo cuando cerró CNN+.

Los canales autonómicos están tocados y a punto de ser hundidos. La carcunda más conspicua se apresta a hacer presa en sus servicios informativos, sin duda para enseñarnos, con claridad meridiana, lo que es la independencia objetiva (o la objetividad independiente), con sus cámaras de a 20.000 euros anuales (brutos).

Mientras, todos los telediarios abren con las imágenes más truculentas del día: catástrofes, accidentes, masacres, barbaridades grabadas con teléfono móvil, mejor cuanto menos inteligibles.

El triunfo del Infotainment.

Cada día más, todo es Telecinco.

Y hoy no pongo enlaces, no vaya a mosqueárseme la Comisión Administrativa Sinde-Wert.

martes, 17 de enero de 2012

Los "verdaderos trabajadores"

Lordo cuenta en su blog las dificultades que están pasando los trabajadores de la Radio Televisión del Principado de Asturias (RTPA). Me parece particularmente significativo este párrafo, con el que no puedo estar más de acuerdo, que refleja con claridad la forma en que los "auténticos trabajadores" ven a los empleados públicos, sin darse nunca cuenta de que, en la mayoría de los casos, somos sus principales clientes y, si dejamos de cobrar, dejamos de comprarles y se van al guano.
"...todo un grupo de votantes en España que hoy defiende una estrategia de suicidio social irreflexiva que no tiene respuesta gracias a algo parecido a la espiral del silencio. En esencia este grupo está formado por profesionales liberales y pequeños empresarios, comerciantes y hosteleros (al menos aquí en Asturias). Su idea es que son el único grupo social que trabaja realmente y que el resto son parásitos. Lo son, desde luego, todos los funcionarios sin excepción a los que achacan una pereza sin límite, unos privilegios laborales fantasiosos y un afán burocratizador que limita sus actividades. También consideran parásitos o un gasto prescindible cualquier empresa que dependa de la administración porque identifican el sector público con la corrupción y el despilfarro. Por extensión, todos los asalariados son también caraduras dados al absentismo y a la irresponsabilidad ya que solo ellos son emprendedores, creadores de empleo y sufridos autónomos. Guiados por el miedo en época de depresión económica sostienen la ilusión de que, de algún modo, si se recortan hasta el raquitismo todos los gastos públicos les tocará más a ellos, en un proceso de magia simpática que, obviamente no funciona así.

...
Realmente le cuesta comprender que ese grupo de parásitos entre funcionarios, empleados y proveedores de la administración o asalariados son la masa de consumidores de sus pequeñas y medianas empresas. No lo entienden; y quizá solo lo hagan cuando sea demasiado tarde."
Ya empieza a ser demasiado tarde.

Lo vi en Twitter, @LordoLordor, retuiteado por @iescolar.