Javier Ortiz escribe en Público y en su blog acerca de las declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal católica, Antonio Rouco, en las que manifiesta su disgusto por los anuncios aparecidos en los autobuses urbanos de Madrid, tras hacerlo en Barcelona y, antes aún, en Londres. Ya saben, aquello de "Probablemente, Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida".
"A Rouco le preocupa que se utilicen “espacios públicos” –los autobuses– “para hablar mal de Dios”. ¡A qué extremos puede llevar el subjetivismo! En primer lugar, nadie habla mal de Dios. Un agnóstico no puede hacerlo. Nadie habla mal de lo que tiene por inexistente. Jamás se me ocurriría denigrar a los venusianos. Otra cosa sería criticar a alguien que nos exigiera sumisión a los venusianos. En segundo lugar: quien utiliza en España “espacios públicos” para hacer proselitismo –no sólo gratis, sino incluso subvencionado– es la Iglesia católica, que tiene a su disposición la radiotelevisión pública para darnos la murga a diario con sus peculiares creencias."Los católicos recalcitrantes ni se plantean la mera posibilidad de que los ateos y los agnósticos seamos gente normal, sana, cuerda, pacífica y bondadosa. Para ellos, los ateos y agnósticos somos individuos de una especie diferente, indignos de respeto, ni siquiera merecedores de ser escuchados, ni aun percibidos.
Porque, claro, el principal peligro para el éxito de una religión no es el creyente de otra religión, sino el que pone en tela de juicio el principio mismo de la creencia.
(Actualizado a las 11:00. Escribir de noche es lo que tiene)
2 comentarios:
EN LA BELLA VERONA...
Posted: 25 Jan 2009 05:24 PM CST
La bella Verona, ciudad que fuera escenario de Romeo y Julieta, ha presenciado otra historia de pasión, esta vez protagonizada por una panda de curas. En total son 77 niños sordomudos los que han denunciado el excesivo amor que los sacerdotes del Instituto Antonio Provolo ejercieron contra ellos. Los presuntos abusos se produjeron a lo largo de 30 años y, por ahora, hay 25 curas implicados.
En su declaración, las presuntas víctimas hablan de sodomía sistemática. De violaciones en grupo. En la ducha. En el confesionario. Dios debe de estar flipándolo ahí arriba.
"Esto me pasa”, pensará, “por dar libre albedrío a esta panda de hijos de puta.”
No pensaba escribir sobre este tema hasta que hoy, por casualidad, he escuchado a Rouco Varela exigiendo, atención, una “libertad de expresión tutelada”. Como siempre, exquisita elección sintáctica, amigo Rouco. Tutela, según la RAE, es aquella “autoridad que se confiere para cuidar de la persona y los bienes de aquel que, por minoría de edad o por otra causa, no tiene completa capacidad civil”. Rouco, por tanto, considera que la sociedad no tiene completa capacidad civil. Afortunadamente, está él para salvarnos de nosotros mismos.
El bueno de Rouco, el padre severo, el líder de las familias tradicionales se refería, con estas palabras, a la campaña de autobuses ateos. Para él, ese anuncio sobrepasa el límite de libertad de expresión. Le ofende. Le duele. Ni una palabra de Verona.
Pero bueno, no seamos malpensados, quizá Rouco no se ha enterado. Puede ser, ¿no? A lo mejor sólo lee Inside the Vatican, y ahí la noticia seguramente no ha sido publicada.
Desde ahora, podríamos poner este tipo de noticias en los autobuses, para que la Iglesia se entere. Quizá los ateos deberíamos pagar una campaña donde ponga, bien clarito:
"EXISTA O NO EXISTA DIOS… NO SE FOLLE NIÑOS, PADRE”
A ver si, de una santa puta vez, nuestros amigos de la moral recta captan el mensaje. Que follarse niños es feo, padres. Que, tarde o temprano, nos acabaremos encontrando en el Infierno y ni Dios les salvará entonces de una buena somanta de hostias sagradas.
Por los siglos de los siglos.
Amén.
En cierta medida --conste que no quiero pontificar ni mucho menos dogmatizar--, hay ateos y agnósticos que asumen la actitud de los creyentes al erigirse en poseedores de la verdad.
Conste que no soy creyente y que considero perversas las creencias institucionalizadas (las iglesias y las sectas), pero opino que esa "ilusión" o fe, personalmente legítima, no debería ser contrarrestada desde posicionamientos dogmáticos.
Saludos.
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