La reina puede decir lo que quiera, como cualquier hijo de vecino... si admitimos que la reina es una hija de vecino cualquiera. Como no es así, habrá que convenir en que las declaraciones de la reina sobre temas que han sido objeto, en sede parlamentaria, de debate y posterior votación (con resultado contrario a sus opiniones) son, por lo menos, y por aquello de la exquisita neutralidad de la Corona, inconvenientes.
Pero para nada sorprendentes por su contenido. Excepto por el pequeño matiz de coincidir casi punto por punto (inexactitudes de la transcripción aparte) con los argumentos esgrimidos por la jerarquía católica, sus representantes parlamentarios y sus voceros mediáticos, o tal vez como consecuencia de eso mismo, Sofía opina sobre esos temas lo mismo que la mayoría de las mujeres (y también algunos hombres) de su edad, católicas, acomodadas y votantes del PP que conozco. Además, ella es reina; ya saben: por la gracia de Dios, y todas esas cosas. Lo sorprendente sería que opinase lo contrario.
Esta última posibilidad ("¿qué ocurriría si la reina opinase lo contrario?") da pie a Nacho de la Fuente a anunciar primero y a hacerse eco después de un futurible impropio de quien pretende respetarse a sí mismo como periodista profesional, riguroso y objetivo. Creo que se puede y se debe opinar sobre lo que ha ocurrido, lo que se ha dicho y lo que dicen unos de lo que han dicho otros; pero no es de recibo suponer lo que dirían éstos si los otros hubieran dicho otra cosa distinta de la que han dicho o hecho, y utilizar esta suposición para atacarlos como si, efectivamente, lo hubieran hecho o dicho. Uf.
sábado, 1 de noviembre de 2008
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2 comentarios:
Muy buena página, me encantaron algunso de los comentarios
Gracias, Rodrigo, bienvenido.
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