...y sacarse un título que no hacerlo. En el peor de los casos, el nivel de la plaza de empleo fijo en la Administración, a la que se quiera acceder por concurso-oposición, estará siempre condicionado por el grado de titulación que se posea. Es cierto que hay mucha gente titulada en paro, pero también lo es que sin titulación no se puede aspirar a los puestos mejor remunerados que ofrecen los organismos públicos. Los únicos que, a la postre, son verdaderamente estables (al menos, a día de hoy)"
La argumentación anterior, que se resumía en un contundente "puedes trabajar en la obra con título universitario o sin él; pero no puedes ser funcionario de alto nivel si no eres licenciado", era habitualmente tumbada por la realidad de los chavales que, al alegre grito de "yo no sirvo para estudiar", se ponían a construir pisos de aquellos "que siempre suben" y, con su primer sueldo, se metían en su hipoteca a treinta años y en su BMW de seis kilos.
Hoy la cosa ha cambiado bastante. En efecto, muchos de aquellos chavales están ahora en paro y con un hipotecón que no pueden pagar (el coche ya lo vendieron). Pero eso no es lo peor. Lo verdaderamente sangrante es la indefensión absoluta en que se encuentran al carecer del menor atisbo de formación que les permita abrirse paso en cualquier otra actividad (si existe), incluido el (antes) denostado recurso al acceso al funcionariado.
Ignacio Escolar hace en su blog un inteligente resumen de la frustración a la que está abocada esa generación perdida
La argumentación anterior, que se resumía en un contundente "puedes trabajar en la obra con título universitario o sin él; pero no puedes ser funcionario de alto nivel si no eres licenciado", era habitualmente tumbada por la realidad de los chavales que, al alegre grito de "yo no sirvo para estudiar", se ponían a construir pisos de aquellos "que siempre suben" y, con su primer sueldo, se metían en su hipoteca a treinta años y en su BMW de seis kilos.
Hoy la cosa ha cambiado bastante. En efecto, muchos de aquellos chavales están ahora en paro y con un hipotecón que no pueden pagar (el coche ya lo vendieron). Pero eso no es lo peor. Lo verdaderamente sangrante es la indefensión absoluta en que se encuentran al carecer del menor atisbo de formación que les permita abrirse paso en cualquier otra actividad (si existe), incluido el (antes) denostado recurso al acceso al funcionariado.
Ignacio Escolar hace en su blog un inteligente resumen de la frustración a la que está abocada esa generación perdida
"que ahora es probable que sea la primera, desde la Guerra Civil, que viva peor que la de sus padres. A esa generación, a mi generación, nos han estafado. Nos cambiaron una vivienda digna y un empleo estable por la Playstation 2".Y no se pierdan el tono de revancha del comentario número 8.
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