Jesús Miguel Marcos mantiene, alojado en Público, un blog en el que habla de música. Hoy se pregunta si las injerencias de las compañías discográficas en el trabajo de los músicos cuyas obras editan son siempre necesariamente perniciosas, y pone como ejemplo, entre otros, al Bruce Springsteen de "Dancin' in the dark".
Sin querer ponerme al nivel del Boss, claro está, he escrito un comentario al post con mi experiencia personal al respecto, que paso a reproducirles (con algún pequeño añadido):
"Hace algo más de treinta años llevé una maqueta con mi música a una afamada discográfica madrileña que, por medio de un representante que tenían en mi pueblo, me había comunicado su posible interés en publicarla. La cinta contenía cinco o seis canciones interpretadas en directo por mi banda; eran canciones largas (alguna andaba por los veinte minutos), de un rock sinfónico con toques andaluces.
El jefe de la cosa me dijo que allí había material aprovechable; si cortábamos tal y cual pasaje y hacíamos con ello varias canciones de tres o cuatro minutos, alguna podría funcionar. Le dije que ni de coña: mi música no se tocaba. El hombre me explicó que las canciones largas no eran radiables, que sin radio el disco no se vendería, y que él quería grabar discos para venderlos, no para "comérselos con patatas". Insistí en que se grababan las canciones como eran o no se grababan. Y me marché muy digno, con mi maqueta bajo el brazo y sin disco.
Nunca me he arrepentido de aquella decisión, pero alguna vez he pensado en lo diferente que habría sido mi vida y la de algunas otras personas si hubiera aceptado el criterio de aquel vehemente productor que, hoy por hoy, ya no me parece tan errado como me pareció entonces. Lo cierto es que aquella "exigencia" y mi "dignidad" de entonces me permiten ahora hablar de aquel disco que nunca fue grabado, y hasta conservar algunos nostálgicos "fans" que recuerdan aquellas canciones con más cariño que yo... seguramente porque no pueden volver a oírlas. Si el disco hubiera salido al mercado con la música tal como yo la quería, tal vez hoy andaría escondiéndome por las esquinas, avergonzado de ser el responsable de tamaño peñazo."
No es porque sea importante pero, si me lo piden, les digo de qué discográfica se trataba y quién era el "vehemente productor".
Sin querer ponerme al nivel del Boss, claro está, he escrito un comentario al post con mi experiencia personal al respecto, que paso a reproducirles (con algún pequeño añadido):
"Hace algo más de treinta años llevé una maqueta con mi música a una afamada discográfica madrileña que, por medio de un representante que tenían en mi pueblo, me había comunicado su posible interés en publicarla. La cinta contenía cinco o seis canciones interpretadas en directo por mi banda; eran canciones largas (alguna andaba por los veinte minutos), de un rock sinfónico con toques andaluces.
El jefe de la cosa me dijo que allí había material aprovechable; si cortábamos tal y cual pasaje y hacíamos con ello varias canciones de tres o cuatro minutos, alguna podría funcionar. Le dije que ni de coña: mi música no se tocaba. El hombre me explicó que las canciones largas no eran radiables, que sin radio el disco no se vendería, y que él quería grabar discos para venderlos, no para "comérselos con patatas". Insistí en que se grababan las canciones como eran o no se grababan. Y me marché muy digno, con mi maqueta bajo el brazo y sin disco.
Nunca me he arrepentido de aquella decisión, pero alguna vez he pensado en lo diferente que habría sido mi vida y la de algunas otras personas si hubiera aceptado el criterio de aquel vehemente productor que, hoy por hoy, ya no me parece tan errado como me pareció entonces. Lo cierto es que aquella "exigencia" y mi "dignidad" de entonces me permiten ahora hablar de aquel disco que nunca fue grabado, y hasta conservar algunos nostálgicos "fans" que recuerdan aquellas canciones con más cariño que yo... seguramente porque no pueden volver a oírlas. Si el disco hubiera salido al mercado con la música tal como yo la quería, tal vez hoy andaría escondiéndome por las esquinas, avergonzado de ser el responsable de tamaño peñazo."
No es porque sea importante pero, si me lo piden, les digo de qué discográfica se trataba y quién era el "vehemente productor".
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