Estoy enterándome por Radio 5 de que Michael Jackson acaba de morir, antes de cumplir los 51. Es curioso, nunca fue uno de mis músicos de cabecera, pese a que algunas de sus canciones están entre las que puedo escuchar sin esfuerzo; sin embargo, oigo los comentarios de los contertulios de 24 Horas y me invade una sensación similar (no tanto, pero casi) a la que me acometió cuando murió Javier Ortiz: es el fin de algo importante, el cambio de un mundo a otro, un mundo en el cual ya no somos inmortales.
Nos queda poco tiempo. Hay que cambiar las cosas, combatir la resignación, no permitir que nos engañen ni que nos roben. Luchar, disfrutar, amar. Ahora. Que para luego es tarde.
Nos queda poco tiempo. Hay que cambiar las cosas, combatir la resignación, no permitir que nos engañen ni que nos roben. Luchar, disfrutar, amar. Ahora. Que para luego es tarde.
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